1.- Siempre que sea posible, privilegia ir caminando o en bicicleta a tu lugar de trabajo. Si te transportas en micro o metro, considera el tiempo para que puedas bajarte un paradero o una estación antes.

2.- Si tu oficina está en un piso alto, sube las escaleras al menos una vez en el día.

3.- Busca instancias que te permitan estar de pie, ya que en esta posición se queman más calorías que cuando estás sentado en tu silla. Por ejemplo: durante una reunión o mientras te encuentres hablando por teléfono.

4.- Cuando te encuentres sentado, levanta una pierna y extiéndela por 3 segundos. Luego bájala sin tocar el suelo y mantenla por 15 segundos. Haz lo mismo con tu otra pierna. Lo ideal es que logres realizar 15 repeticiones por pierna al día.

5.- De tu hora de almuerzo, dedica un par de minutos para caminar.

6.- Aprovecha el tiempo que utilizas en lavar tus dientes para hacer sentadillas.

7.- También puedes aprovechar de descargar y liberar tensiones realizando ejercicios de estiramiento, como por ejemplo, levantar tus brazos por encima de tu cabeza como si quisieras tocar el cielo. Debes mantenerte en esta posición al menos 10 segundos.

8.- Estira y relaja tu cuello inclinando tu cabeza hacia uno de tu hombro y presionando suavemente con tu mano. Repite con cada lado.

9.- Para estirar tu espalda, pon tus manos sobre el escritorio a una distancia alineada con tus hombros y comienza a moverte hacia atrás con tu silla, hasta formar una línea recta con tu espalda, brazos y cabeza. Repite este estiramiento cuantas veces al día lo desees.

¡Ya no hay más excusas, a ejercitar!